Antes del primer uso, es necesario curar tu pieza para protegerla y potenciar su antiadherencia natural. El proceso es simple y rápido:

  1. Limpiala bien.
    Lavá la sartén o plancha con detergente y agua caliente para eliminar restos del proceso de fabricación. Secala completamente con un repasador o al fuego suave.

  2. Aplicá una capa fina de aceite vegetal.
    Puede ser de girasol o oliva (no hace falta usar aceites especiales). Usá apenas una gota y extendela con un papel de cocina por toda la superficie, incluyendo los bordes.

  3. Calentala a fuego fuerte.
    Dejala unos 20 minutos o hasta que empieces a ver un humo denso. Ese humo es normal y significa que el aceite se está polimerizando, creando la capa protectora que le da el efecto antiadherente. Una vez ese humo aparezca podes apagar el fuego.
    ⚠️ Importante: No te asustes ni aumentes el fuego. Solo tiene que liberar un humo denso. Si preferís, recomendamos hacerlo con una ventana abierta 😉

  4. Dejala enfriar.
    Una vez que se enfríe, tu sartén o tancheta ya está lista para usar. Con el tiempo y el uso, su superficie se va curando más y más, volviéndose naturalmente antiadherente.